domingo, 10 de marzo de 2024

EL SUJETO Y LO SIMBÓLICO EN LACAN

 

Diana Cuevas 


Puddle, M. C. Escher, 1952


     La teoría psicoanalítica lacaniana entiende al sujeto como alienado por el lenguaje, de hecho, el lenguaje permite la condición humana. A través del lenguaje se transmite la ley, que encuentra su máxima abstracción en el símbolo. Lo simbólico, por lo tanto, comprende las reglas de la alianza que la tribu estableció en bien de la especie asegurando el intercambio de mujeres, animales y bienes. Sin embargo, todo tiene un costo y, en el caso de la especie humana, el mantenimiento de la ley exige el encauzamiento del deseo por medio de la castración. En un primer momento, podemos definir entonces al sujeto como efecto de lo simbólico, con el símbolo erigiéndose sobre el deseo.

     Lo que está más allá del muro del lenguaje, el sujeto verdadero, aparecerá como inconsciente, como el discurso del Otro. Por lo que podemos hablar aquí de una segunda aproximación al sujeto desde el psicoanálisis, principal materia de trabajo del dispositivo en cuerpo y en palabra. Esto porque precisa el análisis del síntoma, la traducción del acto inconsciente y la concatenación de significantes que, incluso, permiten el acercamiento a lo real. Existe, por lo tanto, un malentendido en el interior del ser del sujeto que se desgarra entre la alienación y la verdad, cuyo esclarecimiento es posible a través de la palabra.

     El trabajo del analista-analizante contribuye a la liberación del sujeto en tanto emprenden la búsqueda y el descubrimiento del deseo de éste. Hacer presente al sujeto consciente de su deseo implica la renuncia al deseo del otro, dejar de ser objeto de goce para ser sujeto de goce. Este proceso es antípoda a nuestro punto de partida, por tener como característica la humanización del lenguaje, es el que permite la diferenciación del sujeto en el presente y la completud de sentido de su discurso.

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